Autores: León y García Padilla "Kola"
Una noche la Giralda se plantó
en mitad del cielo,
y a San Pedro, el de las llaves,
muy furiosa le explicó:
"Necesito que en persona,
me transformes en un vuelo,
porque dicen que en Sevilla,
el flamenco se acabó"
El discípulo de Cristo
se quedó viendo visiones
y le dijo: "Giraldilla,
lo que cuentas, no puede ser;
pero en fin, como soy viejo
y no quiero discusiones,
vete a ver qué pasa abajo
y me lo cuentas después".
Bajó la Giralda,
hecha una real moza,
y por el camino,
cantaba esta copla:
Sevilla será Sevilla,
mientras haya vino y flores,
Sevilla será Sevilla,
mientras haya vino y flores,
y mujeres y penillas,
que canten por seguiriyas,
hombres que sepan de amores,
hombres que sepan de amores.
En el brujo claroscuro,
de la noche sevillana,
la Giralda paso a paso,
toda Sevilla recorrió,
y lo mismo en San Bernardo,
que en el barrio de Triana,
el hechizo del flamenco,
en mil coplas escuchó.
Era ya casi de día
y al cruzar la Macarena,
un mocito pinturero,
que la vio tan rejuncal
le dijo: "Si usted quisiera,
en ese cuerpo moreno,
le iba a hacer yo más reformas
que Azaña en lo militar".
Subió la Giralda,
contenta y gozosa,
y por el camino,
cantaba esta copla:
Sevilla será Sevilla,
mientras haya vino y flores,
Sevilla será Sevilla,
mientras haya vino y flores,
y mujeres y penillas,
que canten por seguiriyas,
hombres que sepan de amores,
hombres que sepan de amores.
Siempre Sevilla - Concha Piquer
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