martes, 31 de agosto de 2010

Maria Magdalena

Autores: Valverde, León y Quiroga
Era la Malena, cañí muy cabal,
como una medalla de bronce fundido,
hecho con la sangre del mismo metal,
Jesús, el platero, su amante rendido.
Era la gitana mas guapa y feliz,
que jamás en Serva la Bari, se vió.
Pero la Malena se escapó de allí
y a la mala vida sin pena se echó.
Así decía el gitano,
al verla como moneda
rodando de mano en mano:

Ay, María Magdalena,
que a todos los besos le has dado
rosa de carne morena.
Por lo mucho que has pecado,
yo te perdono, mujer.
Por lo mucho que has amado
y me has hecho padecer.
Vuelve otra vez a ser mía,
vuelve otra vez a ser buena.
Pero vuelve arrepentía,
ay, María Magdalena.

Pobre del platero, que solo se vió.
La burla lo hiere, la pena lo mata.
Aquel duro bronce que altivo se alzó
tiene la cabeza cubierta de plata.
Hasta que un buen día la vió de venir
y a sus pies llorando la cañí se echó.
Para que me perdones he venido aquí,
como a Magdalena, Jesús perdonó.
Y al verla triste y llorosa,
así le dijo besando
su pelo de dolorosa:

Ay, María Magdalena,
que a todos los besos le has dado
rosa de carne morena.
Por lo mucho que has pecado,
yo te perdono, mujer.
Por lo mucho que has amado
y me has hecho padecer.
Vuelve otra vez a ser mía,
vuelve otra vez a ser buena.
Pero vuelve arrepentía,
ay, María Magdalena.
Maria Magdalena - Estrellita Castro

miércoles, 25 de agosto de 2010

Cautiva

Autores: León, Moles y Quiroga
Una torre de Granada,
y en la torre ¡qué dolor!
una niña está encerrada,
que no ve la luz del sol.
De noche suena una llave,
y un hombre cruza el cancel,
más nadie en el mundo sabe,
el nombre de aquel doncel.
Y el viento solano que ronda La Vela
en un son gitano contó la novela.

Cautiva, niña cautiva, cautiva,
cautiva siendo una flor,
morena de verde oliva,
cautiva, cautiva de un mal de amor.
Que pena me dan tus clisos,
que no ven cielo, cielo, ni mar,
Que pena el color pajizo que tienes
y tienes de enamorá.
Tus labios se están quemando,
quemando en una candela viva,
que pena que estés penando, penando
cautiva, niña cautiva.

Una tarde un caballero,
dijo al pie del torreón,
cuando quieras, mi lucero,
salvaré tu corazón.
Detrás de la celosía
la niña dijo al donjuán:
Cautiva soy de por vida
y esclava de mi galán.
Y el viento le lleva el cuento a la Alhambra
y luego a las cuevas de vino y de zambra.

Cautiva, niña cautiva, cautiva,
cautiva siendo una flor,
morena de verde oliva,
cautiva, cautiva de un mal de amor.
Que pena me dan tus clisos,
que no ven cielo, cielo, ni mar,
Que pena el color pajizo que tienes
y tienes de enamorá.
Tus labios se están quemando,
quemando en una candela viva,
que pena que estés penando, penando
cautiva, niña cautiva.
Cautiva - Marife de Triana

lunes, 23 de agosto de 2010

La Zarzamora

Autores: Quintero, León y Quiroga
En en café de Levante entre palmas y alegría,
cantaba La Zarzamora;
se lo pusieron de mote, porque dicen que tenia
los ojos como las moras.
Le hablo primero a un tratante, y olé,
y luego fue de un marqués
que la lleno de brillantes, y olé,
de la cabeza a los pies.
Decía la gente que si era de hielo,
que si de los hombres se estaba burlando,
hasta que una noche, con rabia de celos,
a La Zarzamora pillaron llorando.

¿Que tiene La Zarzamora
que a todas horas
llora que llora por los rincones,
ella que siempre reía
y presumía de que partía los corazones?
De un querer hizo la prueba
y un cariño conoció
que la trae y que la lleva
por la calle del dolor.
Los flamencos del colmado
la vigilan a deshoras
porque se han empestillado
en saber del querer desgraciado
que embrujo a La Zarzamora.

Cuando sonaban las doce una copla de agonía
lloraba La Zarzamora,
mas nadie daba razones ni el intríngulis sabia
de aquella pena traidora.
Pero una noche al Levante, y olé,
fue a buscarla una mujer;
cuando la tuvo delante, y olé,
se dijeron no se qué.
De aquello que hablaron ninguno ha sabido
mas La Zarzamora lo dijo llorando
en una coplilla que pronto ha corrido
y que ya la gente la va publicando.

¿Que tiene La Zarzamora
que a todas horas
llora que llora por los rincones,
ella que siempre reía
y presumía de que partía los corazones?
De un querer hizo la prueba
y un cariño conoció
que la trae y que la lleva
por la calle del dolor.
Los flamencos del colmado
la vigilan a deshoras
porque se han empestillado
en saber del querer desgraciado
que embrujo a La Zarzamora.

Lleva anillo de casado,
me vinieron a decir,
pero ya lo había besado
y era tarde para mí
Que publiquen mi pecado
y el pesar que me devora
y que todos me den de lado
al saber del querer desgraciado
que embrujó a La Zarzamora.
La Zarzamora - Isabel Pantoja