Autores: Carlos Cano y Antonio Burgos
Aún recuerdo el piano
de aquella niña
que había en Sevilla,
la novia del embarcado,
nunca la siesta dormía.
Sola en los corredores
de mecedora,
de consola y lorito,
sueña el querer,
que a Cuba se fue,
y aquella mujer
está tocando el piano;
escriben sus blancas manos
cartas de amores
que han de volver.
¡Ay, goleta antillana!,
¡Ay, cuánto lo quería!,
que era trigo su pelo
cuando embarcaba,
que era nieve el pañuelo
que adiós decía.
¡Ay, suspira la fuente!,
¡Ay, dormita el pregón!
La copla de un pianillo
se va metiendo por los balcones,
navegan los galeones
que hay en los cuadros del corredor.
Se bambolea, se bambolea
se bambolea, la goleta
en el río, se bambolea,
que viene de Sanlúcar, con la marea.
¡Viva Sevilla!
y los barcos que salen
para las Antillas,
y los barcos que salen
para las Antillas.
¡Viva Triana!
y los barcos que vienen,
y los barcos que vienen
desde La Habana.
Se calla el pianillo,
tras los visillos
suena el piano,
qué dulce lo toca ahora
la novia del embarcado.
Las mecedoras bailan sus habaneras,
con su son de caoba,
manigua y ron,
y se abre el balcón,
suspira el pregón,
¡Ay, barrio del Baratillo!,
tiene color de Murillo
la siesta triste de aquel salón.
¡Ay, novio marinero!,
¡Ay, capitán de mi puerto!.
Qué blancas son las velas de tu goleta,
qué secretas las penas de mi pañuelo.
¡Ay, que se fue para Cuba!,
¡Ay, que venga por Dios!
Que venga por el río,
con su goleta desde Sanlúcar,
que esta copla de azúcar
pone más dulce mi corazón.
Se bambolea, se bambolea
se bambolea, la goleta
en el río, se bambolea,
que viene de Sanlúcar, con la marea.
¡Viva Sevilla!
y los barcos que salen
para las Antillas,
y los barcos que salen
para las Antillas.
¡Viva Triana!
y los barcos que vienen,
y los barcos que vienen
desde La Habana.
Habaneras de Sevilla - Mª Dolores Pradera y Carlos Cano
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