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sábado, 4 de diciembre de 2010

Coplas del chapinero

Autores: Ochaíta, Valerio y Solano
Ni de noche, ni de día,
la vío la gente salir,
era una monjita presa,
entre arrayán y jazmín.
Enfrente de su ventana,
un chapinero aprendiz,
mientras machacaba suelas,
al aire cantaba así.

Te tengo que regalar,
unos chapines de almendra,
para que puedas estrenarlos
la noche que me comprendas,
noche de luna, verde ciprés,
el chapinero, siempre a tus pies, 
va triturando mi corazón,
con la puntita, con el tacón.

El día de Corpus Christi
para ir a misa mayor,
chapines de terciopelo,
la encerradita estrenó.
Y cuando estaba en la iglesia
rezando con devoción,
el pícaro chapinero,
esta copla le cantó.

Te tengo que regalar
chapines de chocolate,
para aquella noche bendita,
en que conmigo te escapes,
noche de espera canta el reloj,
nadie lo sabe, sólo tú y yo
pisa menudo con tu chapines,
que no se entere ni el Albaicín.

El veinticuatro de junio,
que es la noche de San Juan,
el trébol de los amores,
Granada ha visto cortar.
Abrió la niña el postigo,
dormía la vecindad,
la luna le iba poniendo,
chapines de flor de azahar.

Te tengo que regalar,
unos chapines de estaño,
para aquella noche negrita,
que te coma el desengaño,
noche de olvido, verdes arrayanes,
la agua oculta llora en Granada.
Qué poco dura ¡válgame Dios!,
la media suela de la ilusión.
Gracía Montes - Coplas del chapinero

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Clareaba la mañana

Autor: Jimenez
Clareaba la mañana,
clareaba la mañana.
Clareaba la mañana,
cuando cerré mi postigo,
ya se acabaron las cuentas,
que yo tenia contigo.
Ya se acabaron las cuentas,
que yo tenia contigo.

De los cuatro puntalitos,
que sostienen a Triana,
que sostienen a Triana,
que sostienen a Triana,
San Jacinto y Los Remedios,
La O y Señá Santa Ana.
San Jacinto y Los Remedios,
La O y Señá Santa Ana.

Como la hiedra se enredaban,
como la hiedra se enredaban,
tus brazos en mi cintura,
cuando yo contigo estaba.
Tus brazos en mi cintura,
cuando yo contigo estaba.

Tengo una pena muy grande,
¡Ay, ay, ay! 
es que perdí a mi gitano,
tengo una pena muy grande,
¡Ay, ay, ay! 
es que perdí a mi gitano,
no lo encuentro por los mares,
ni en la sierra, ni en el llano,
no lo encuentro por los mares,
ni en la sierra, ni en el llano.

Sin saber como y porque,
se te ha puesto la carita,
blanca como la pared,
se te ha puesto la carita,
blanca como la pared.

Que maravilla, que maravilla,
mi virgencita de Setecilla,
mi virgencita de Setecilla.
Clareaba la mañana - Gracia Montes

viernes, 8 de octubre de 2010

La niña de Punta Umbría

Autores: Ochaíta, Valerio y Solano
Ella, Cinta del Conquero,
con el primor de un coral.
Él, Manuel, el marinero,
moreno de yodo y sal.
Se vieron en Punta Umbría,
entre la ría y el mar,
una tarde que él salía,
con su falucho a pescar.
¿Me quieres? ¿me quieres mucho?
¡Dime, dímelo, Manuel!
Lo juro, por mi falucho,
que te quiero más que a él.
Y así un día y otro día,
los novios de Punta Umbría.

Qué bonita, qué bonita,
la novia del marinero.
Que bonita, qué bonita,
tiene el aire su carita
de la Virgen del Conquero,
cuando sale de la ermita.
Cuando despide a su amor,
entre la mar y la ría,
es lo mismo que una flor,
la niña, 
la niña de Punta Umbría.

Cinta viene hasta la ría,
por el recuerdo de él,
todo es luto en Punta Umbría,
porque no volvió Manuel.
Y está muerta por la pena,
y es un sollozo su voz:
¡Me lo ha robado una sirena
y me quedé sin su amor!
Dos fuentes de un salinero,
son su ojos al llorar.
Amores de marinero,
se los lleva siempre el mar.
Y así un día y otro día
la niña de Punta Umbría.

Triste, sola, triste y sola,
con su semblante de pena.
Triste, sola, triste y sola,
llorando al pie de las olas,
ya no es más que una azucena,
la que fuera una amapola.
A la orillita del mar,
mirando la lejanía,
no se cansa de esperar
la niña, 
la niña de Punta Umbría.
La niña de Punta Umbría - Gracia Montes

jueves, 23 de septiembre de 2010

Quiéreme, que tengo tela

Autores: León y Solano
Fuimos un sábado hasta el campo,
al campo que estaba en flor.
Yo a nadie se lo he negado,
yo a nadie se lo he negado.
Y ahora que lloro por tu amor,
y ahora que lloro por tu amor,
lo tengo que muy bien callado,
lo tengo que muy bien callado.

Un cortijo con erales,
quiéreme niño, que tengo tela.
Un torreón de canela,
capataz y mayorales
con traje corto y espuelas.
Quiéreme niño,
quiéreme niño, que tengo tela.
Quiéreme niño,
quiéreme niño, que tengo tela.

Andas diciéndole a la gente
que mueres por mi querer.
Llorando me estoy riendo,
llorando me estoy riendo.
Pero es por mor de mi parné,
Pero es por mor de mi parné,
por lo que tú te estás muriendo,
por lo que tú te estás muriendo.

Un cortijo con erales,
quiéreme niño, que tengo tela.
Un torreón de canela,
capataz y mayorales
con traje corto y espuelas.
Quiéreme niño,
quiéreme niño que tengo tela.
Quiéreme niño,
quiéreme niño que tengo tela.

Un cortijo con erales,
quiéreme niño, que tengo tela.
Un torreón de canela,
capataz y mayorales
con traje corto y espuelas.
Quiéreme niño,
quiéreme niño que tengo tela.
Quiéreme niño,
quiéreme niño que tengo tela.
Quiereme, que tengo tela - Gracia Montes

viernes, 2 de julio de 2010

No me quieras tanto

Autores: Quintero, León y Quiroga
Yo tenía viente años,
y él me doblaba la edad,
en mis seines había noche,
y en las suyas madrugada.
Antes que yo lo pensara,
mi gusto estaba cumplido,
nada me faltaba con él, 
me quería con locura,
con todos sus cinco sentidos,
yo me dejaba querer.
Amor me pedía, 
como un pordiosero,
y yo le clavaba, 
sin ver que sufría,
cuchillos de acero.

No me quieras tanto,
ni llores por mi,
no vale la pena,
que por mi cariño,
te pongas así.
Yo no se quererte, 
lo mismo que tú,
ni pasar la vida, 
pendiente y esclava,
de esa esclavitud.
No te pongas triste,
sécate ese llanto,
hay que estar alegre,
mírame y aprende.
No me quieras tanto.

Con los años y la vida,
ha cambiado mi querer,
y ahora busco de sus labios,
lo que entonces desprecié.
Cegadita de cariño,
yo le ruego que me ampare,
que me tenga caridad,
se lo pido de rodillas, 
por la gloria de su madre,
y no me sirve de nada.
Como una mendiga,
estoy a su puerta,
y con mis palabras, 
mi pena castiga,
dejándome muerta.

No me quieras tanto,
ni llores por mi,
no vale la pena,
que por mi cariño,
te pongas así.
Yo no se quererte, 
lo mismo que tú,
ni pasar la vida, 
pendiente y esclava,
de esa esclavitud.
No te pongas triste,
sécate ese llanto,
hay que estar alegre,
mírame y aprende.
No me quieras tanto.

De todo lo del mundo sería capaz,
con tal que el cariño, 
que tú me tuviste,
volviera a empezar.
Por lo que más quieras,
sécame este llanto,
maldigo la hora, 
en que yo te dije:
No me quieras tanto
No me quieras tanto - Gracia Montes

jueves, 22 de abril de 2010

Poema de mi soledad

Autores: León y Solano
Soledad,
soledad del río,
soledad.
Tus brazos oscuros, 
buscando los míos.
Soledad, 
soledad del agua. 
Soledad y al borde tus labios, 
de tierra y de fragua,
Soledad, soledad, soledad, 
soledad.

La luna dorada, 
tu pena, ay mi pena, 
y de madrugada, 
soledad morena,
y de madrugada, 
tu pena y mi pena.
Soledad, soledad, 
soledad.

Soledad, 
soledad del puente,
soledad,
los dos sin temores, 
que pase la gente, 
Soledad, soledad contigo, 
Soledad, pegado a mi sombra 
tu cuerpo de trigo,
Soledad, soledad, soledad, 
soledad.
Poema de mi soledad - Gracia Montes

martes, 6 de abril de 2010

Mentira y maldad

Autores: León y Solano
La noche de San Antonio, 
hicimos conocimiento,
y fuimos por la verbena, 
hablando de casamiento.
Te dije muy orgullosa, 
tus padres tienen dinero,
los mios muy poca cosa,
gitanos caravaneros.

Cuanta mentira, 
cuanta maldad, señor,
es lo que se ve, señor,
a quien bien miras, 
te mira mal, señor,
esta es la verdad, señor.

Que si tu te vas, te vas,
te vas tu de mi, de mi,
nunca vuelvas mas, nunca mas,
que ya me olvide de ti.
También te diré, diré
que tu a mi rincón, rincón
tienes que volver, volver 
a pedirme a mi perdón, perdón

Cuanta mentira, 
cuanta maldad, señor,
es lo que se ve, señor,
a quien bien miras, 
te mira mal, señor,
esta es la verdad, señor.

Delante de mi familia,
presumes de tus quilates,
y somos pobres gitanos,
descalzos y en cueritates.
Pasaste por mi chabola,
comiendo pan y sandía, 
y no me dijiste ¿quieres?, 
sabiendo que yo quería.

Cuanta mentira, 
cuanta maldad, señor,
es lo que se ve, señor,
a quien bien miras, 
te mira mal, señor,
esta es la verdad, señor.

Que si tu te vas, te vas,
te vas tu de mi, de mi,
nunca vuelvas mas, nunca mas,
que ya me olvide de ti.
También te diré, diré
que tu a mi rincón, rincón
tienes que volver, volver 
a pedirme a mi perdón, perdón

Cuanta mentira, 
cuanta maldad, señor,
es lo que se ve, señor,
a quien bien miras, 
te mira mal, señor,
esta es la verdad, señor.

Cuanta mentira, 
cuanta maldad, señor,
es lo que se ve, señor,
a quien bien miras, 
te mira mal, señor,
esta es la verdad, señor.
Mentira y maldad - Gracia Montes

sábado, 13 de marzo de 2010

Tus brazos me han detenido

Autores: Ochaíta y Solano
Como los naipes de una baraja,
por estas manos fueron pasando,
hombres y mozos, igual que alhajas,
igual que alhajas, de contrabando.
Los cordobeses de piel morena,
los gaditanos, todo de azul,
pero ninguno dejo en mis venas,
esta estrellita que has puesto tú.

Compañero de mi vida,
¿que me has dado?
¿que rosa de amor dormido?
yo que siempre fui caballo 
desbocado
Tus brazos me han detenido.
Compañero de mi vida
yo soy hierro dulce, tu eres mi emblema
y a quien fue carne de pena,
la has hecho mas buena,
que un cachito de pan.
Compañero de mi vida
¿que me has dado?
¿que rosa de amor dormido?
yo que siempre fui caballo
desbocado.
Tus brazos me han detenido.
Tus brazos me han detenido.

Compañero de mi vida,
¿que me has dado?
¿que rosa de amor dormido?
yo que siempre fui caballo 
desbocado.
Tus brazos me han detenido.
Compañero de mi vida,
yo soy hierro dulce, tu eres mi emblema
y a quien fue carne de pena
la has hecho mas buena,
que un cachito de pan.
Compañero de mi vida
¿que me has dado?
¿que rosa de amor dormido?
yo que siempre fui caballo
desbocado.
Tus brazos me han detenido.
Tus brazos me han detenido.
Tus brazos me han detenido - Gracia Montes

viernes, 19 de febrero de 2010

La luna y el río

Autor: García del Val
Ayer pase por tu puerta 
y la tenias cerrada,
ay, y la tenias cerrada.
Y donde tu me dijiste,
deje una rosa blanca,
ay, deje una rosa blanca.
Y en un papel te decia,
que por el huerto bajaba.
Aquel beso que te debo
ya no te lo doy mañana,
ay, ya no te lo doy mañana.

La luna y el río me dicen a mí,
que todo es mentira, que no crea en tí.
La luna y el río me dicen que no,
que todo es mentira, que es falso tu amor.
Por eso esta noche la voy a esperar, 
vestida de negro, juntito al palmar,
vestida de negro, juntito al palmar.

Esta noche vendrá al río,
con la carita lavada,
ay, con la carita lavada.
Y yo vestida de negro,
voy a salir a esperarla,
ay, voy a salir a esperarla.
Ayer pase por tu puerta 
y la tenias cerrada.
Yo le pregunte a la luna
y me dijo que me engañabas.

La luna y el río me dicen que no,
que todo es mentira, que es falso tu amor.
La luna y el río me dicen a mí,
que todo es mentira, que no crea en tí.
Por eso esta noche la voy a esperar, 
vestia de negro, juntito al palmar,
vestia de negro, juntito al palmar.
La luna y el rio - Gracia Montes

sábado, 13 de febrero de 2010

Me da miedo la luna (La niña del Albaicin)

Autores: Leon y Quiroga
La niña del Albaicín
era una rosa de oro,
morena de trigo limpio,
color de almendra los ojos,
color de almendra los ojos.
La niña del Albaicín
vivía en su carmen moro,
encerrada entre cancelas,
con llaves y con cerrojos.
Cuando llegaba la noche
llegaba también su novio,
que junto a la celosía,
cantaba siempre celoso:

Tengo miedo, mucho miedo,
me da miedo de la luna.
Échate un velo a la cara,
cubre tu piel de aceituna;
y apaga tus verdes ojos,
que son toda mi fortuna,
porque tengo mucho miedo,
mucho miedo de la luna.

La niña del Albaicín,
subió una tarde a la Alhambra,
y allí le cogió la noche,
llena de luna y de albahaca,
llena de luna y de albahaca.
Quiso subir y no pudo,
la luna le dió en la cara,
y un galán besó su boca,
entre arrayanes y dalias.
La niña del Albaicín,
huyó con él de Granada;
su novio la llora, llora,
la llora junto a la Alhambra.

Tengo miedo, mucho miedo,
me da miedo de la luna.
Se enamoró de tu cara
y de tu piel de aceituna;
se enamoró de tus ojos
y me robó mi fortuna,
y por eso tengo miedo
de acordarme de la luna.
Me da miedo la luna (La niña del Albaicin) - Gracia Montes

domingo, 24 de enero de 2010

Habla con los ojos

Autores: Solano y Montoro

No me ocultes, ni una pena
ni un dolor, ni una agonia
no me digas que no sufres,
si te estoy viendo llorar

Ven sin miedo hasta mi lao
sientate a la vera mia
con el mismo pensamiento
con que vas a confesar
mira en mi a quien bien te quiere
y a quien nunca te engaño
mira que si no eres bueno
no perdonare tus culpas
como Dios te perdonó.

Y habla con los ojos
mirame en silencio
que pa mi tus ojos
son mas que tu voz
cuando ellos me miran
aunque tu te calles
yo se los secretos
de tu corazon

No cierres los ojos
porque veo en ellos
si entre nosotros
todo se acabo
mirame
mirame en silencio
que de nuestras cosas
no se entere nadie,
nadie,
nadie mas que yo.

No cierres los ojos
porque veo en ellos
si entre nosotros
todo se acabo
mirame
mirame en silencio
que de nuestras cosas
no se entere nadie,
nadie,
nadie mas que yo.
Habla con los ojos - Gracia Montes