lunes, 28 de junio de 2010

Me valga la Magdalena

Autores: León, Molina Moles y Quiroga
Me valga la Magdalena,
¡Ay!, ¡Ay!, lo grande que es mi sufrir,
que yo no tengo a la pena,
¡Ay!, que la pena me tiene a mí.
Yo no pienso en la venganza,
porque eso a mí no me va,
si he perdío la esperanza,
qué me importa lo demás.

Pido a Dios, pido a Dios,
que nunca vuelvas,
que ya tú para mí te has muerto.
Yo pisé sin querer la mala hierba,
que sembraste en mi huerto.
El hijo que me ha nacido,
no va a pagar tu sentencia,
llevará mis apellidos,
y allá tú con tu conciencia.
Mas no será un desgraciado,
que yo lo haré un hombre bueno.
Por él no pases cuidado,
que el hijo de mis pecados,
¡Ay, mis pecados!,
jamás te echará de menos.

Me valga la Magdalena,
¡Ay!, qué penita de churumbel,
que tiene la piel morena,
y los ojitos como los de él.
Velaré junto a la cuna,
su sueño de madrugada,
no dejando ni a la luna,
que lo venga a despertar.

Pido a Dios, pido a Dios,
que nunca vuelvas,
que ya tú para mí te has muerto.
Yo pisé sin querer la mala hierba,
que sembraste en mi huerto.
El hijo que me ha nacido,
no va a pagar tu sentencia,
llevará mis apellidos,
y allá tú con tu conciencia.
Mas no será un desgraciado,
que yo lo haré un hombre bueno.
Por él no pases cuidado,
que el hijo de mis pecados,
¡Ay, mis pecados!,
jamás te echará de menos.
Me valga la Magdalena - Marife de Triana

viernes, 25 de junio de 2010

Sevilla

Autores: Manuel Alejandro y Beigbeder
Torres,
torres con alas de oro, 
que sueñan distancias,
calles con sombras de siglos,
y nardos de plata.
Cantes que arañan estrellas,
que arañan el alma,
noches reflejos de un río,
que quiso ser mar,
que quiso ser mar.

Sevilla,
verde claridad sonora,
verde tierra, azul el aire,
donde el agua adormecida,
de una torre se enamora.
Sevilla, 
verde claridad sonora,
de andaluzas soledades,
fuego, nieve, llanto y cante,
Sevilla, Sevilla, Sevilla.

Cantes que arañan estrellas,
que arañan el alma,
noches reflejos de un río,
que quiso ser mar,
que quiso ser mar.

Sevilla,
verde claridad sonora,
verde tierra, azul el aire,
donde el agua adormecida,
de una torre se enamora.
Sevilla, 
verde claridad sonora,
de andaluzas soledades,
fuego, nieve, llanto y cante,
Sevilla, Sevilla, Sevilla.
Sevilla - La Paquera de Jerez

jueves, 24 de junio de 2010

La Salvaora

Autores: Quintero, León y Quiroga
Que razón tenia,
la pena traidora,
que el niño sufriera,
por la Salvaora.
Diecisiete años,
tiene mi criatura,
y yo no me espanto,
de tanta locura.
Eres tan hermosa,
como el firmamento,
lastima que tengas,
malos pensamientos.

Quien te puso Salvaora,
que poco te conocía,
el que de ti se enamora,
se pierde pa toda la vida.
Tengo a mi niño embrujado,
por culpa de tu querer,
si yo no fuera casado,
contigo me iba a perder.

Dios mío, que pena mas grande,
el alma me llora,
a ver cuando llega la hora,
que las intenciones,
se le vuelvan buenas,
ay, ay, ay, ay, ay, ay,
a la Salvaora.
La Salvaora - Miguel Poveda

martes, 22 de junio de 2010

Vino amargo

Autores: Solano, Cabello y Freire
Vino amargo es el que bebo,
vino amargo es el que bebo,
por culpa de una mujer,
porque dentro de mi llevo,
porque dentro de mi llevo,
la amargura de un querer.
Quiere reir la guitarra,
pero a mi a llanto me suena,
cada nota me desgarra,
cada nota me desgarra,
el alma como una pena.

Vino amargo, 
que no da alegría,
aunque me emborracho,
no la puedo olvidar,
porque la recuerdo,
dame vino amargo,
que amargue, 
que amargue,
para quererla más.

Ni con vino, ni guitarra,
yo alegre me he de poner,
aunque yo me meta en farra,
aunque yo me meta en farra,
entre sueños la he de ver.
Palabras se lleva el viento,
como la espuma, llevaba el río,
pero queda el sentimiento,
pero queda el sentimiento,
cuando mucho se ha querío.

Vino amargo, 
que no da alegría,
aunque me emborracho,
no la puedo olvidar,
porque la recuerdo,
dame vino amargo,
que amargue, 
que amargue,
para quererla más.
Vino amargo - Rafael Farina

lunes, 21 de junio de 2010

Bulerias de Antonio Torres

Autores: Quintero, León y Quiroga
Y en la plaza de Algeciras,
mi Antonio va a torear,
Ay, mira, que mira y mira,
vestido de verde va.
Ay que toro y olé ay olé,
ay, Jesús, qué valor,
cuando dá el volapié, volapié
lo encomiendo al Señor.

Antonio Torres García 
tu valentía, te va a perder,
estoy loquita perdía,
sentrañas mias, por tu querer.
En cuanto sale al ruedo, muero 
de miedo sobre el mantón,
Antonio Torres, ¡te quiero!,
¡vaya un torero de corazón!.

En cuanto a matar se tira,
me pongo como el papel,
Ay, mira, que mira y mira,
lo buen torero que es.
No te acerques por Dios, ay por Dios,
que te va a empitonar,
Ay, Jesus que valor, que valor,
no se puede aguantar.

Antonio Torres García,
tu valentía, te va a perder,
estoy loquita perdía,
sentrañas mias, por tu querer.
En cuanto sale al ruedo, muero 
de miedo sobre el mantón,
Antonio Torres, ¡te quiero!,
¡vaya un torero de corazón!.

En cuanto sale al ruedo, muero 
de miedo sobre el mantón,
Antonio Torres, ¡te quiero!,
¡vaya un torero de corazón!.
Bulerías de Antonio Torres - Lola Flores

jueves, 17 de junio de 2010

Carceleras del Puerto

Autores: De la Oliva y Mostazo
Mejor quisiera estar muerto,
mejor quisiera estar muerto,
que preso para toda la vida,
en ese penal del Puerto,
Puerto de... Puerto de Santa María.

Centinela, centinela,
tu has tenido la culpita,
que pase la noche en vela,
que pase la noche en vela.

¿A donde ira ese barquito
que cruza la mar serena?
Unos dicen que a Almería,
y otros que para Cartagena,
unos dicen que a Almería,
y otros que para Cartagena,
y otros que para Cartagena.

Ay, ay, ay, ay, ay, ay,
barquito de vela,
que viene de Cádiz,
que viene de Cádiz,
por esa bahía,
que viene de Cádiz,
por esa bahía,
y no llega al Puerto
y no llega al Puerto
Puerto de... Puerto de Santa María.

Mejor quisiera estar muerto,
mejor quisiera estar muerto,
que preso para toda la vida,
en ese penal del Puerto,
Puerto de... Puerto de Santa María.

Centinela, centinela,
tu has tenido la culpita,
que pase la noche en vela,
que pase la noche en vela.

¿A donde ira ese barquito
que cruza la mar serena?
Unos dicen que a Almería,
y otros que para Cartagena,
unos dicen que a Almería,
y otros que para Cartagena,
y otros que para Cartagena.

Ay, ay, ay, ay, ay, ay,
barquito de vela,
que viene de Cádiz,
que viene de Cádiz,
por esa bahía,
que viene de Cádiz,
por esa bahía,
y no llega al Puerto
y no llega al Puerto
Puerto de... Puerto de Santa María.
Carceleras del Puerto - Imperio Argentina

miércoles, 16 de junio de 2010

Nardo con bata de cola

Autores: Baldrich y Jaen
Tengo la voz salinera,
de las marismas de Cádiz,
Huelva dejó su solera,
adentro de mis acais.
Y Córdoba, la sultana,
y Jaén, la olivarera,
broncearon mi gitana,
figura cascabelera.

Pregonero, 
los duendes del sentimiento,
cantan en mi corazón.
Andaluza, 
junco que se mece al viento,
sobre un fuego de pasión.
Española, 
lirio, jazmín y amapola,
rojo clavel reventón,
nardo con bata de cola.

Y mi Granada y mi Sevilla
juntaron sus corazones,
para bordar mi mantilla
con flores de sus balcones.
Y Málaga, luz del cielo,
con perfumes orientales,
de Almería, el terciopelo,
morado de sus parrales.

Pregonero, 
los duendes del sentimiento,
cantan en mi corazón.
Andaluza, 
junco que se mece al viento,
sobre un fuego de pasión.
Española, 
lirio, jazmín y amapola,
rojo clavel reventón,
nardo con bata de cola.
Española, 
lirio, jazmín y amapola,
rojo clavel reventón,
nardo con bata de cola.
Nardo con bata de cola - Imperio de Triana

lunes, 14 de junio de 2010

Señorita

Autores: León y Solano
Lleva ya casi un siglo,
con un nombre en la boca,
y jamás lo pronuncia, 
delante de la gente.
Es el nombre de un hombre,
que bordó como loca,
en sábanas de hilo,
apasionadamente.

Cuando llega la noche,
su pesar desemboca,
en canción sin palabras,
amarilla y doliente.
Y en el mar del espejo,
su sonrisa retoca,
por si acaso aquel hombre,
volviera de repente.

Señorita,
la llaman el juez y el escribano,
que conocen sus años,
y su pena infinita.
Señorita,
el muchacho, el niño y el anciano,
cuando vuelve del rezo,
o sale de visita.
Y al mirar sin anillo,
la nieve de su mano,
el pueblo soberano,
la llama señorita,
señorita, señorita, 
señorita, señorita.

Señorita,
le dice la gente maliciosa,
al notar su pintura,
apagada y marchita.
Señorita, 
el cartero, al verla ruborosa,
preguntar por la carta,
que tanto necesita.
Ella sola al mirarse,
tan sola y ojerosa,
con rabia dolorosa,
se llama señorita,
señorita, señorita, 
señorita, señorita.
Señorita - Enrique Montoya

sábado, 12 de junio de 2010

La ventolera

Autores: Arias y Gordillo
En el barrio de la Macarena,
me dijo un mocito me muero por tí,
y enseguida me hice la cuenta,
de que ese amorcillo me gustaba a mí.

Y de pronto me guiñó,
y de pronto le guiñé,
y no quiero ni acordarme,
de lo que vino despues.
Que si tú, que si yo,
que si todo se acabó,
que si dime que sí,
no me digas que no.

Cada avellana que parta mi boca,
será para los dos.
Los hilillos de la mar,
son igual que los veleros,
que no andan el caminito,
si no los empuja el viento.
¡Ay!, que me empuja la ventolera,
la ventolera, la ventolera,
y yo dejo que me lleve,
para donde quiera, 
para donde quiera.

Nos casamos y un año justito,
pasamos felices la luna de miel,
pero un día tuvimos un disgusto,
por un laberinto que tuvo Manuel.

Y de pronto se enfadó,
y de pronto me enfadé,
y armamos una pelotera,
que no quiera usted saber.
Que si tú, que si yo,
que si todo se acabó,
dime que no es verdad,
que te digo que no.

Cada avellana que parta mi boca,
será para los dos.
Los hilillos de la mar,
son igual que los veleros,
que no andan el caminito,
si no los empuja el viento.
¡Ay!, que me empuja la ventolera,
la ventolera, la ventolera,
y yo dejo que me lleve,
para donde quiera, 
para donde quiera.

¡Ay!, que me empuja la ventolera,
la ventolera, la ventolera,
y yo dejo que me lleve,
para donde quiera, 
para donde quiera.
La ventolera - Marife de Triana

miércoles, 9 de junio de 2010

Romance de la otra

Autores: Quintero, León y Quiroga
¿Por qué se viste de negro,
¡ay, de negro!
si no se le ha muerto nadie?
¿Por qué está siempre encerrada,
¡ay, por qué!
como la que está en la carcel?
¿Por qué no tiene familia,
ni perrito que le ladre,
ni flores que la diviertan,
ni risa que la he acompañe?
Del porque de este porque,
la gente quiere enterarse,
cuatros suspiros responden
y no los entiende nadie
y no los entiende nadie.

Yo soy la otra, la otra
y a nada tengo derecho,
por que no llevo un anillo,
con una fecha por dentro.
No tengo ley que me abone,
ni puerta donde llamar,
y me alimento a escondidas
con tus besos y tu pan.
Con tal que vivas tranquilo,
que importa que yo me muera,
te quiero siendo la otra,
como la que mas te quiera.

¿Por qué no fueron tus labios?
¡ay, tus labios!
que fueron las malas lenguas,
las que una noche vinieron,
¡ay, por qué!
a leerme la sentencia.
El nombre que te ofrecía
ya no es tuyo compañera,
de azahares y velo blanco
se viste la que lo lleva.
Como fue tu voluntad,
mi boca no te dió queja,
cumple con lo que has firmado,
que yo no valgo la pena,
que yo no valgo la pena.

Yo soy la otra, la otra
y a nada tengo derecho,
por que no llevo un anillo,
con una fecha por dentro.
No tengo ley que me abone,
ni puerta donde llamar,
y me alimento a escondidas
con tus besos y tu pan.
Con tal que vivas tranquilo,
que importa que yo me muera,
te quiero siendo la otra,
como la que mas te quiera.
Romance de la otra - Concha Piquer

Locura de mi querer

Autores: Moles y Gordillo
Dicen que soy para los hombres, 
tristeza y castigo,
y aunque lo sabes, 
tu quieres casarte conmigo.
Yo solo puedo ofrerte la vida que tengo
y un ansia de amores, 
pero eres tú de esos hombres,
que buscan veneno, veneno en las flores.
Corazón, ¡ay, que pena me dás corazón!
no distingues al rey del mendigo,
si te entregas con firme pasión,
donde está la razón, 
para que jueguen contigo.

Malas lenguas me dicen la loca,
por esta locura que al verte me ciega,
mal fin tenga la lengua cobarde,
que me echa cristales y luego lo niega.
Son puñales de muerte mis celos,
y tu una muralla de firma roca,
¡ay!, mi rosa en el suelo,
¡ay!, mi vida en tu boca,
que me importa que el mundo,
por darme tormento me digan loca.

Yo siempre fuí presumiendo 
de haberte querido,
y ahora eres tú quien separa
tu nombre y el mio.
Cuando tus labios de fuego,
en vez de besarme quemaron mi boca,
los potros de mis sentidos,
se me desbocaron volviéndome loca.
Corazón, fierecilla que un hombre mató,
ya estás solo con tu desventura,
no te extrañe que a este dolor,
¡ay!, morirse de amor, 
se le llame locura.

Malas lenguas me dicen la loca,
por esta locura que al verte me ciega,
mal fin tenga la lengua cobarde,
que me echa cristales y luego lo niega.
Son puñales de muerte mis celos,
y tú una muralla de firme roca,
¡ay!, mi rosa en el suelo,
¡ay!, mi vida en tu boca.
Que me importa que el mundo,
por darme tormento, 
me digan, ¡ay!, la loca.
Locura de mi querer - Marifé de Triana

Cada cual por su camino

Autores: Román y Naranjo
Si me lo hubieran contado,
no me lo hubiera creido,
que van a estar separados,
y cada cual por su lado,
corazón, tu cariño y el mío.
Fuimos dos en uno,
por la veredita de la eternidad,
y de aquello, mi vida, ninguno,
se quiere acordar.

Cada cual por su camino,
¡madre mia, que dolor!
no es de rosas,
que es de espinos,
el sendero de los dos.
Aumentado la distancia,
morimos poquito a poco,
los dos sin darle importancia,
como si fueramos locos.

Como para darme en la cara,
de otro cariño presumes,
mira qué cosa más rara,
que el corazón se me para,
mientras tú, sin mi amor te consumes.
Yo sé que por eso, 
seguiré mintiendo, lo mismo que tú,
y viviendo los dos bajo el peso
de esta misma cruz.

Cada cual por su camino,
¡madre mia, que dolor!
no es de rosas,
que es de espinos,
el sendero de los dos.
Aumentado la distancia,
morimos poquito a poco,
los dos sin darle importancia,
como si fueramos locos.
Cada cual por su camino - Antonio Molina

domingo, 6 de junio de 2010

Solo vivo para quererte

Autores: Quintero, León y Quiroga
Hay unos ojos llamando,
abre madre ese portón,
aunque sé que van buscando,
tan sólo mi perdición.
Y cuando los vi, "sentrañas",
cambió el aire en mi veleta,
y me hirieron tus pestañas,
y me hirieron tus pestañas,
cual si fueran bayonetas.

Te quiero de noche y día,
te quiero de madrugada,
con pena y con alegría,
tranquila y desesperada.
Sólo vivo para quererte,
y me tienen sin cuidado,
ni la vida, ni la muerte,
ni el presente, ni el pasado.

El cariño no es un cielo,
con nubes de purpurina,
el cariño son los celos,
es un llanto sin pañuelo
y una corona de espinas.

Me valga Santa Lucía
y me dé conformidad,
si por cosas de la vida,
tus ojos no viera más.
Rompería con mis manos
llaves, puertas y cerrojos,
con tal de verme, serrano,
con tal de verme, serrano,
en las niñas de tus ojos.

Te quiero de noche y día,
te quiero de madrugada,
con pena y con alegría,
tranquila y desesperada.
Sólo vivo para quererte,
y me tienen sin cuidado,
ni la vida, ni la muerte,
ni el presente, ni el pasado.

El cariño no es un cielo,
con nubes de purpurina,
el cariño son los celos,
es un llanto sin consuelo
y lo demás son pamplinas.
Solo vivo para quererte - Juanita Reina

jueves, 3 de junio de 2010

Eugenia de Montijo

Autores: Ochaíta, León y Quiroga
Doña María Manuela tiene dos hijas,          
una se llama Eugenia y otra Francisca,
los majos de Granada las solicitan,
porque las dos son guapas y granadinas.

Pero mi señora María Manuela,
que en los casamientos tiene mucha escuela,
les dice a los majos con mucho primor,
mientras abre y cierra su abanico malva:
"Paca ha de llamarse Duquesa de Alba,
y Eugenia, señora de un emperador".

A la cuesta de Gomérez,
que al río dormido baja,
flor y nata de donceles,
a Doña Manuela cantan:

Eugenia de Montijo,
que pena, pena,
que te vayas de España,
para ser reina.
Por las lises de Francia,
Granada dejas,
y las aguas del Darro,
por las del Sena.
Eugenia de Montijo,
que pena, pena.

Se salió con la suya María Manuela,
una reina es de Francia y otra es duquesa.
Pero Paca se muere bajo la niebla,
y Eugenia allí en Versalles, se siente presa.

Y está mi señora María Manuela,
hecha una pasita junto a la candela,
en aquel palacio del viejo Madrid,
con su pobre vida rota en dos mitades,
París que la llena de fatalidades,
y Granada viva de luz del Genil.

Y a la cuesta de Gomérez, 
que al río dormido baja,
torna sus miradas fieles,
mientras su vida se apaga.

Eugenia de Montijo,
que pena, pena,
que te vayas de España,
para ser reina.
Por las lises de Francia,
Granada dejas,
y las aguas del Darro,
por las del Sena.
Eugenia de Montijo,
que pena, pena.
Eugenia de Montijo - Concha Piquer

martes, 1 de junio de 2010

Paca Mora

Autores: Quintero, León y Quiroga
Madrugada del mes de mayo,
cuando los trigos peina la brisa,
Paca Mora va a caballo,
entre los toros de su divisa.
De lejos la van siguiendo,
los ojos negros del mayoral,
que al tiempo la está queriendo,
sin que su boca le diga ná.
La niña también lo quiere,
mas no lo deja entrever,
y antes morirse prefiere,
que publicar su querer.

Paca Mora, ¡Ay, Paca Mora!
Yo se que te dan llorando,
las claritas de la aurora.
¿No estás viendo, compañera
que el secreto de tus labios
lo delatan tus ojeras?
Deja a un lado los blasones,
de tu orgullo y condición,
y abre puertas y balcones,
para alegrar tu corazón.
Hazme caso, Paca Mora
y que no te den llorando
las claritas de la aurora.

Paca Mora va a caballo,
soñando alegre con un "te quiero",
y de pronto, igual que un rayo,
le sale un toro por el sendero.
Corrió el mayoral celoso,
a la defensa de su querer,
por pronto que quiso el mozo,
llegó la muerte primero que él.
La niña ya en la agonía,
sonríe al verlo llorar,
y en la mañana sombría,
corre volando un cantar.

¡Paca Mora, ay Paca Mora!
Por tí se quejan llorando,
las campanas de la aurora,
y la alondra mañanera
va diciendo a la amapola:
¡Ay que pena compañera!
Que desgracia de este toro,
que en la sombra y a traición,
me robó la flor de oro,
que nació en mi corazón.
¡Qué penita, ay Paca Mora!
Con mi voz irán doblando, 
las campanas de la aurora.
Paca Mora - Juanita Reina