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jueves, 6 de enero de 2011

El piropo es español

Autores: Flores, Llabrés y Codoñer 
Soy vendedor de piropos,
¿quién me los quiere comprar?
Si le acepto yo un piropo,
lo tendrá que regalar,
los requiebros son suspiros,
que dicen cosas de amores.
A las hembras de bandera
que van regando la flores.

El piropo, 
el piropo es español,
por si usted no lo sabía,
el piropo, 
el piropo es una flor,
de los labios desprendida,
el piropo, 
el piropo es español
como una bata de cola,
es flamenco y corazón,
que se arroja con pasión,
a los pies de una española.

En esta tierra el piropo, 
brota como una canción,
y unos ojos bandoleros,
dan el alto, a un corazón,
hoy me dijo así un valiente,
su boca sí me acobardo,
se tendrá que ver conmigo,
aquel que intente mirarla.

El piropo, 
el piropo es español,
por si usted no lo sabía,
el piropo, 
el piropo es una flor,
de los labios desprendida,
el piropo, 
el piropo es español
como una bata de cola,
es flamenco y corazón,
que se arroja con pasión,
a los pies de una española.
El piropo es español - Carmen Morell y Pepe Blanco

viernes, 17 de septiembre de 2010

Ines de Castro

Autores: Del Valle, Rivas y Gardey
Doña Constanza salió
de España para Coimbra.
Doña Inés la acompañaba,
su mejor dama y amiga.
Don Pedro salió al encuentro
con su corte a recibirlas
y de Inés quedó prendado;
nunca vio mujer tan linda.
Doña Constanza de pena,
por el rey se moría
y el rey por Doña Inés,
daba su alma y su vida.

Doña Constanza murió
y Portugal que sabía,
la pena que la mató,
la muerte de Inés de Castro,
el pueblo entero pidió.
La condenaron a muerte;
la condena se cumplió,
y al rey Don Pedro dejaron,
viviendo sin corazón,
viviendo sin corazón.

Reina para Portugal,
el pueblo a voces pedía,
y el rey busca la venganza,
del amor que fue su vida.
Le consumía la pena,
no tuvo noche, ni día
y sin descanso buscaba
a quien le quitó la vida.
Y por fin Inés vengada,
en el Palacio Real;
fue proclamada la reina
del reino de Portugal.

Doña Constanza murió
y Portugal que sabía,
la pena que la mató,
la muerte de Inés de Castro,
el pueblo entero pidió.
La condenaron a muerte;
la condena se cumplió,
y al rey Don Pedro dejaron,
viviendo sin corazón,
viviendo sin corazón.
Ines de Castro - Carmen Morell

viernes, 23 de abril de 2010

La hija de la Tirana

Autores: Rivas y Gardey
No me avergüenzo de ser
la hija de la Tirana,
ni me importa no tener
amigas con quien hablar,
árbol que sombra me dé,
ni puerta donde llamar.

Por donde quiera que voy,
con el dedo me señalan,
"mira que bonita es"
"mira que bonita va"
"que lastima que su madre,
fuera fulana de tal".

No teneis temor a Dios,
ni tampoco corazón,
la que no tenga pecado,
ponga en su puerta un renglón,
ponga en su puerta un renglón.

No veis que me estais matando,
con tanta murmuración,
de la que fuera mi madre,
que culpita tengo yo.

Lo que fue yo no lo sé,
ni porque era Tirana,
mas que santa para mi fue,
mártir mas que desgraciada,
todo lo hizo por mí,
y esta mas que perdonada.

No hay otra cruz mas pesada,
ni pena como mi pena,
"mira que bonita es"
"mira que bonita va"
"que lastima que su madre,
fuera fulana de tal".

No teneis temor a Dios,
ni tampoco corazón,
la que no tenga pecado,
ponga en su puerta un renglón,
ponga en su puerta un renglón.

No veis que me estais matando,
con tanta murmuración,
de la que fuera mi madre,
que culpita tengo yo.
La hija de la Tirana - Carmen Morell