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jueves, 28 de abril de 2011

Los Podcast de "La Poesía de la Copla". Podcast 01: El día que nací yo.

Hemos añadido un nuevo aliciente a nuestro blog, esperamos que os guste, se trata de un canal en iVoox donde periodicamente publicaremos Podcast, que os podeis descargar para escucharlos en el mp3 o escuchar directamente tanto en el blog, como en la página de iVoox, los Podcast son una especie de programa de radio, donde unas veces analizaremos una copla, escuchandola en diferentes versiones, otras veces dedicaremos el programa a una artista o autor, o a un tema común en el argumento de las coplas, esperamos que os guste, el primer programa lo hemos dedicado a la copla "El día que nací yo" hemos incluido 9 versiones de diferentes artistas, Imperio Argentina, Carlos Cano, Clara Montes, Sara Montiel, Isabel Pantoja, José Feliciano, Placido Domingo, Pasión Vega y Gloria Romero.

Espero que os guste este nuevo proyecto de nuestro blog, como siempre estamos abiertos a vuestras propuestas y comentarios.

Muchas gracias.

lunes, 21 de marzo de 2011

Aquella Carmen

Autores: León y Solano
Cuando Carmen,
cuando Carmen quedo quieta, 
a las claritas del alba,
y se hizo marmol su cuerpo, 
moreno de pura raza.
Barcelona,
Barcelona dando gritos, 
mando doblar sus campanas,
y se quedo sin aliento 
el compás de la sardana.
Y en aquel momento mismo,
se apagó el son de la zambra.

Carmen, gitana nacida 
de un sarmiento y de un coral,
Carmen, era tu bata extendida, 
la cola de un pavo real.
Cuando pasaste la raya 
y tu llama se apagó
ya no canto la Zumaya, 
ni la guitarra tembló,
Carmen, Carmen, 
Carmen…¡Carmen!
Se murió Carmen Amaya, 
y España entera lloró.

En Sevilla,
en Sevilla los espejos, 
con su cristal de agua verde,
en los tablaos comentaban:
Por que esa Carmen no vuelve?
La Malena, 
La Malena hablaba sola,
La Niña rompió sus peines,
y Juana, la Macarrona 
encendió un velón de aceite.
La Giralda está sin brazos, 
y la Alhambra, sin cipreses.

Carmen, gitana moruna
de alfajores y de hollín.
Carmen, era tu bata una luna
de nardo en el Albaicin.
Cuando pasaste la raya 
y tu llama se apagó
ya no cantó la Zumaya, 
ni la guitarra tembló,
Carmen, Carmen, 
Carmen…¡Carmen!
Se murió Carmen Amaya, 
y España entera lloró.

Del Somorrostro en la playa, 
ya su estrella se apagó
se derrumbó su muralla, 
como la de Jericó
Carmen, Carmen, 
Carmen…¡Carmen!
Se murió Carmen Amaya, 
y el mundo entero lloró.
Aquella Carmen - Isabel Pantoja

miércoles, 15 de diciembre de 2010

La real gana

Autores: León y Solano
Te mueres por saber si está conmigo,
el hombre que cansado de aguantarte,
huyó dejando abierto tu postigo,
en busca de otro amor, para olvidarte.
Te mueres por saber en que regazo,
apoya su cabeza todos los días,
y quieres conocer que nuevo lazo,
despierta su pasión recien nacida.

Te mueres por saber, más yo no quiero,
que sepas que en mi boca prisionero,
lo tengo hasta que viene la mañana,
lo tengo hasta que viene la mañana.
Y te vas a morir con ese pío,
de no saber que es mío, mío y mío,
hasta que a mí, 
hasta que a mí me dé, 
la real gana, 
la real gana, 
hasta que a mí me dé, 
¡la real gana!

Te mueres por saber, si te ha olvidado,
si otros labios le dicen "vida mía",
si por otra para siempre te ha dejado,
si recuerda tu nombre todavía,
te mueres por saber.

Te mueres por saber, más yo no quiero,
que sepas que en mi boca prisionero,
lo tengo hasta que viene la mañana,
lo tengo hasta que viene la mañana.
Y te vas a morir con ese pío,
de no saber que es mío, mío y mío,
hasta que a mí, 
hasta que a mí me dé, 
la real gana, 
la real gana, 
hasta que a mí me dé, 
¡la real gana!
La real gana - Isabel Pantoja

lunes, 13 de diciembre de 2010

Perfidia

Autor: Alberto Domínguez
Nadie comprende lo que sufro yo, 
canto pues ya no puedo sollozar, 
sola temblando de ansiedad estoy, 
todos me miran y se van. 

Mujer, 
si puedes tu con Dios hablar, 
pregúntale si yo alguna vez, 
le he dejado de adorar.
Y al mar, 
espejo de mi corazón, 
las veces que me ha visto llorar, 
la perfidia de su amor.

Te he buscado dondequiera que voy, 
y no te puedo hallar, 
para que quiero otros besos, 
si tus labios no me quieren ya besar. 
Y tú, 
quien sabe por donde andarás, 
quien sabe que aventura tendrás, 
que lejos estas de mí.

Te he buscado dondequiera que voy, 
y no te puedo hallar, 
para que quiero otros besos, 
si tus labios no me quieren ya besar. 
Y tu, 
quien sabe por donde andarás, 
quien sabe que aventura tendrás, 
que lejos estas de mi.
De mi.
De mi.
Perfidia - Isabel Pantoja
Nota: Esta entrada no es una copla, es un bolero, pero por motivos personales, tengo que retomar el blog con ella, porque es una canción que siempre he oido cantar a mi madre y hasta el último momento, cuando ya su memoria le fallaba, la cantamos juntas. 
Con todo mi amor, para tí mamá, tu luz siempre me guiará.

viernes, 1 de octubre de 2010

Quién dijo pena

Autores: Román, Jaén y Martínez
Mi copla, rosa y espinas,
sabe a canela y limón.
Mi nombre por las esquinas,
es una flor de pasión.
Y entre la noche y la aurora,
en el café del Taranto,
mis glorias de cantaora,
son un alivio a mi llanto.

¿Quién dijo pena?
con una copa de Jerez,
con la locura de un querer
y mi persona en el tablao.
¿Quién dijo pena?
cuando el reloj te dá las dos,
y yo levanto el corazón
con una copla traspasado.
¡No se alegra, quién no quiere!
¡Quién quiere rompe cadenas!
y el que de pena se muere
le digo, quién dijo pena.
¿Quién dijo pena? 
¿Quién dijo pena?
¡Quién dijo pena!

Mi vida, llanto y delirio,
es copla de madrugada,
y mi querer fue martirio
que me dejó encadenada.
Pero al echar por delante,
la pena que me devora,
quiero brindar con mi cante,
porque nací cantaora.

¿Quién dijo pena?
con una copa de Jerez,
con la locura de un querer
y mi persona en el tablao.
¿Quién dijo pena?
cuando el reloj te dá las dos,
y yo levanto el corazón
con una copla traspasado.
¡No se alegra, quién no quiere!
¡Quién quiere rompe cadenas!
y el que de pena se muere
le digo, quién dijo pena.
¿Quién dijo pena? 
¿Quién dijo pena?
!Quién dijo pena!
Quién dijo pena - Isabel Pantoja

martes, 7 de septiembre de 2010

Que bonita es mi niña

Autor: García del Val
Ayer tarde yo cantaba
mientras mi niña dormía.
Ayer tarde yo cantaba
mientras mi niña dormía.
Y los almendros lloraban,
y los almendros lloraban
de la infinita alegría.
Y los almendros lloraban,
y los almendros lloraban
de la infinita alegría.

Que bonita que es mi niña,
qué bonita cuando duerme.
Que parece una amapola
entre los trigales verdes.
Que bonita que es mi niña,
qué bonita cuando duerme.
Que parece una amapola
entre los trigales verdes.

Jugaban al escondite
el sol con los limoneros.
Jugaban al escondite
el sol con los limoneros.
Y los almendros miraban,
y los almendros miraban
por ver dormir a un lucero.
Y los almendros miraban,
y los almendros miraban
por ver dormir a un lucero.

Que bonita que es mi niña,
qué bonita cuando duerme.
Que parece una amapola
entre los trigales verdes.
Que bonita que es mi niña,
qué bonita cuando duerme.
Que parece una amapola
entre los trigales verdes.

Trigales verdes, trigales verdes,
trigales verdes.
Que bonita es mi niña - Isabel Pantoja

lunes, 23 de agosto de 2010

La Zarzamora

Autores: Quintero, León y Quiroga
En en café de Levante entre palmas y alegría,
cantaba La Zarzamora;
se lo pusieron de mote, porque dicen que tenia
los ojos como las moras.
Le hablo primero a un tratante, y olé,
y luego fue de un marqués
que la lleno de brillantes, y olé,
de la cabeza a los pies.
Decía la gente que si era de hielo,
que si de los hombres se estaba burlando,
hasta que una noche, con rabia de celos,
a La Zarzamora pillaron llorando.

¿Que tiene La Zarzamora
que a todas horas
llora que llora por los rincones,
ella que siempre reía
y presumía de que partía los corazones?
De un querer hizo la prueba
y un cariño conoció
que la trae y que la lleva
por la calle del dolor.
Los flamencos del colmado
la vigilan a deshoras
porque se han empestillado
en saber del querer desgraciado
que embrujo a La Zarzamora.

Cuando sonaban las doce una copla de agonía
lloraba La Zarzamora,
mas nadie daba razones ni el intríngulis sabia
de aquella pena traidora.
Pero una noche al Levante, y olé,
fue a buscarla una mujer;
cuando la tuvo delante, y olé,
se dijeron no se qué.
De aquello que hablaron ninguno ha sabido
mas La Zarzamora lo dijo llorando
en una coplilla que pronto ha corrido
y que ya la gente la va publicando.

¿Que tiene La Zarzamora
que a todas horas
llora que llora por los rincones,
ella que siempre reía
y presumía de que partía los corazones?
De un querer hizo la prueba
y un cariño conoció
que la trae y que la lleva
por la calle del dolor.
Los flamencos del colmado
la vigilan a deshoras
porque se han empestillado
en saber del querer desgraciado
que embrujo a La Zarzamora.

Lleva anillo de casado,
me vinieron a decir,
pero ya lo había besado
y era tarde para mí
Que publiquen mi pecado
y el pesar que me devora
y que todos me den de lado
al saber del querer desgraciado
que embrujó a La Zarzamora.
La Zarzamora - Isabel Pantoja

sábado, 6 de marzo de 2010

El Señorito

Autores: Leon y Solano

Brillantina a lo Travolta,
pantalón ancho y sin volta,
con botitas mocasín, el señorito.
Nadie sabe ni se explica,
si es un macho o si es marica:
para amar es indistín.
¡El señorito!
De la ceca hasta la Meca
va de club en discoteca
entre whisky peleón,
y las chorbas embobadas
a su tronco bien atadas
van diciendo esta canción:

Presume porque puede
de su palmito, el señorito.
Se lleva el gato al agua
por ser bonito, el señorito.
E igual en la Gran Vía
que en Leganitos
en Sol y en la Cibeles
se escucha a gritos,
decir a una gamberra
de bolso y güito:
Estoy como una perra,
que me derrito,
por mor de las hechuras
del señorito.
¡Señorito!

La fulana y la mengana,
se han zurrao la badana,
pues las droga con su amor,
¡El señorito!
y él tan pancho en su nirvana,
fuma grifa y marihuana,
y hasta viaja sin motor  
¡que bestia el tío! 
¡El señorito!
Cuentan que al Ayuntamiento
ha llegado el descontento,
y el alcalde ha dicho así:
O acabamos con el mito,
de un Travolta tan chulito,
o él acaba con Madrid.

Presume porque puede
de su palmito, el señorito.
Se lleva el gato al agua
por ser bonito, el señorito.
E igual en la Gran Vía
que en Leganitos,
en Sol y en la Cibeles
se escucha a gritos,
decir a una gamberra,
de bolso y güito:
Estoy como una perra,
que me derrito,
por mor de las hechuras
del señorito.
¡Señorito!
El Señorito - Isabel Pantoja

viernes, 15 de enero de 2010

Francisco Alegre

Autores: Quintero, Leon y Quiroga


En los carteles han puesto un nombre
que no lo quiero mirar
Francisco Alegre ¡y olé!
Francisco Alegre ¡y ola!
la gente dice ¡vivan los hombres!
cuando lo ven torear
yo estoy rezando por él
con la boquita cerrá

Desde la arena
me dice niña morena,
¿Por qué me lloras,
carita de emperadora?
dame tu risa, mujer,
que soy torero andaluz
y llevo al cuello la cruz de Jesús
que me diste tú

Francisco Alegre, corazón mío,
tiende tu capa sobre la arena del redondel
Francisco Alegre tiene un vestio
con un "te quiero" que entre suspiros yo le bordé
torito bravo,
no me lo mires de esa manera,
deja que adorne
tus rizos negros con su montera
torito noble, ten compasión,
que entre bordados lleva encerrado
Francisco Alegre ¡y olé! mi corazón

En mi ventana tengo un letrero
pa que lo venga a mirar
Francisco Alegre ¡y olé!
Francisco Alegre ¡y ola!
en el que dice ¡Cuánto te quiero!
pero qué pena me da,
por culpa de otro querer
no nos podemos casar

Desde la arena
me dice ¡niña morena!
¿Quién te enamora,
carita de emperadora?
ya no te acuerdas, mujer,
de este torero andaluz
que lleva al cuello la cruz de Jesús
que me diste tú

Torito bravo,
Nn me lo mires de esa manera,
deja que adorne
tus rizos negros con su montera
torito noble, ten compasión,
que entre bordados lleva encerrado
Francisco Alegre ¡y olé! mi corazón

Francisco Alegre - Isabel Pantoja


sábado, 9 de enero de 2010

Carcel de oro

Autores: Quintero, Leon y Quiroga


Cuando tú me diste amparo no era mas que una gitana
con un traje de volante y una enagua almidoná
y me vi por tu cariño, de la noche a la mañana,
convertida en una reina de brillantes coroná.
Pero a mí desde el principio me cansaba tu ternura,
me agobiaba aquel encierro que me impuso tu pasión.
Y una noche en que tus celos me colmaron de amargura
con la hiel de mis palabras, yo maté tu corazón.

Tanto decirme:
"Te quiero, te quiero"
yo no lo puedo aguantar,
como un pájaro me muero,
me muero;
necesito libertad.
Abre puertas y cerrojos,
que me dé la luz del sol,
que están ciegos ya mis ojos
de tinieblas y dolor.
Por tu mare yo te imploro
y te lloro,
que no pienses más en mí;
no te quiero, no te adoro,
y no sirvo pa vivir,
en esta cárcel de oro.

Y con prisa por dejarte yo me fui por los caminos,
con mis coplas y mis sueños y mis ansias de vivir,
y al momento mis volantes se enredaron entre espinos
y los nardos y las rosas fueron cardos para mí.
Del vinagre que ahora bebo la culpita es solo mía
y maldigo hasta la hora que probé la libertad.
Pordiosera de cariño, te suplico noche y día
que en la cárcel de tus brazos tú me vuelvas a encerrar.

Vuelve a decirme:
"Te quiero, te quiero".
Vuelve a decirlo, por Dios...
Sin oírtelo me muero,
me muero,
como un nardo sin olor.
Pa borrarte los agravios
que te hice padecer,
si pudiera, de mis labios
me arrancaba hasta la piel.

A una fragua yo me echara
pa salir purificá
si de nuevo tú en mi cara
te volvieras a mirar.
Vale más que los tesoros
del moro
tu cariño para mí;
por tu mare yo te imploro
que me encierres pa vivir
en esta cárcel de oro.
Carcel de oro - Isabel Pantoja


jueves, 10 de diciembre de 2009

Cinco farolas

Autores: Ochaíta, Valerio y Solano

Yo no escucho lo que dicen
las lenguas de vecindonas
porque de sobra yo se
por quien esta su persona.
Cinco luceros azules
alumbran cinco farolas
desde su casa a mi casa,
desde su boca a mi boca.

Cinco añitos que le quiero,
cinco añitos que me adora,
la mala gente que sabe
que sabe de nuestras cosas.

Si yo se que me quiere, como le quiero,
a que darle tres cuartos al pregonero
desde su puerta misma hasta mi puerta
la veredita verde no cria hierba,
no cria hierba.

Yo no quiero ni saberlo,
vecina, cierre la boca
y no me venga a decir
que el va a casarse con otra.

Los cinco añitos cabales
queriendole hora tras hora
son un cordel en mi cuello
que la garganta me ahoga.

Con carbones encendidos,
que le quemen esa boca
al que juró tantas veces
que estaba por mi persona.

Se apagaron las cinco, cinco farolas,
para que nadie me vea llorando a solas.
Ay, que penita madre! madre, que pena!
La veredita verde, cuajada de hierba,
cuajada de hierba.
Cinco farolas - Isabel Pantoja