Autores: León y Solano
Lleva ya casi un siglo,
con un nombre en la boca,
y jamás lo pronuncia,
delante de la gente.
Es el nombre de un hombre,
que bordó como loca,
en sábanas de hilo,
apasionadamente.
Cuando llega la noche,
su pesar desemboca,
en canción sin palabras,
amarilla y doliente.
Y en el mar del espejo,
su sonrisa retoca,
por si acaso aquel hombre,
volviera de repente.
Señorita,
la llaman el juez y el escribano,
que conocen sus años,
y su pena infinita.
Señorita,
el muchacho, el niño y el anciano,
cuando vuelve del rezo,
o sale de visita.
Y al mirar sin anillo,
la nieve de su mano,
el pueblo soberano,
la llama señorita,
señorita, señorita,
señorita, señorita.
Señorita,
le dice la gente maliciosa,
al notar su pintura,
apagada y marchita.
Señorita,
el cartero, al verla ruborosa,
preguntar por la carta,
que tanto necesita.
Ella sola al mirarse,
tan sola y ojerosa,
con rabia dolorosa,
se llama señorita,
señorita, señorita,
señorita, señorita.
Señorita - Enrique Montoya