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lunes, 17 de enero de 2011

Campanero jerezano

Autores: Tenorio, San Julian y Freire
Como una rosa marchita,
que nadie quiere coger,
llora en su reja solita,
la niña de la Merced.
A cantarle amores,
llegó a su ventana,
un guapo gitano que la enamoró,
floreció la risa en la jerezana,
y a los cuatro vientos, la niña cantó:

Campanero, campanero,
del barrio de la Merced,
que repiquen tus campanas,
que ha nacido mi querer.
Diles que toquen a gloria,
por un cariño gitano,
echa a volar tus campanas,
campanero jerezano.

Junto a su reja florida,
quiere ocultar su dolor,
la rosa de su alegría,
de nuevo se marchitó.
Porque aquel gitano,
que tanto quería,
del brazo de otra, riendo pasó.
Y la jerezana ya no sonreía,
y a los cuatro vientos,
llorando cantó:

Campanero, campanero,
del barrio de la Merced,
haz que doblen tus campanas,
porque ha muerto mi querer.
Diles que lloren conmigo,
mi desengaño gitano,
echa a volar tus campanas,
campanero, ay, jerezano.
Campanero jerezano - Perlita de Huelva

viernes, 16 de abril de 2010

El hijo del ganadero

Autores: Segovia y San Julian
El hijo del ganadero,
no quiso ser matador,
y aunque el padre lo obligaba,
al muchacho le faltaba,
valentía y corazón.
Un día en un tentadero,
se revistió de valor,
y su capote torero,
mil filigranas bordó.
La gente aplaudía
y el padre clamaba, 
con altanería:

Olé, olé, chiquillo mio,
rayito desprendío,
del sol de Andalucia.
¡Ole! arrimate a la fiera,
que aquí estoy a tu vera,
para defender tu vida.
Que se calle el graderío,
y que sepa el mundo entero,
que está honrando su apellido,
el hijo del ganadero.
Olé, olé, olé, mi vida,
rayito desprendío,
del sol de Andalucia

Mi niño es el mas torero,
decía con vanidad,
pero una tarde de toros,
en las astas de un mal toro,
se quedó el pobre chaval.
Ya tienes lo que querías,
no vayas padre a llorar,
y di con altanería,
que he muerto de una corná.
El padre lloraba,
el remordimiento,
le mortificaba.

Olé, olé, chiquillo mio,
rayito desprendío,
del sol de Andalucia.
¡Ole! arrimate a la fiera,
que aquí estoy a tu vera,
para defender tu vida.
Que se calle el graderío,
y que sepa el mundo entero,
que está honrando su apellido,
el hijo del ganadero.
Olé, olé, olé, mi vida,
rayito desprendío,
del sol de Andalucia
El hijo del ganadero - Antoñita Peñuela