miércoles, 3 de febrero de 2010

María, la portuguesa

Autor: Carlos Cano
En las noches de luna y clavel, 
de Ayamonte hasta Villa Real, 
sin rumbo por el río, entre suspiros 
una canción viene y va, 
que la canta María 
al querer de un andaluz. 
María es la alegría, 
y es la agonía, 
que tiene el sur. 

Que conoció a ese hombre 
en una noche de vino verde y calor 
y entre palmas y fandangos 
la fue enredando, le trastornó el corazón. 
Y en las playas de Isla 
se perdieron los dos, 
donde rompen las olas, besó su boca 
y se entregó. 

¡Aaay!, María, la portuguesa 
desde Ayamonte hasta Faro 
se oye este fado por las tabernas 
donde bebe viño amargo 
porque canta con tristeza 
porque esos ojos cerrados 
por un amor desgraciado, 
por eso canta, por eso pena. 

¡Fado! porque me faltan tus ojos 
¡Fado! porque me falta tu boca 
¡Fado! porque se fue por el rio 
¡Fado! porque se va con la sombra 

Dicen que fue el te quiero 
de un marinero, razón de su padecer 
que en una noche en los barcos 
de contrabando, p'al langostino se fue. 
Y en las sombras del rio, 
un disparo sonó. 
Y de aquel sufrimiento, nació el lamento 
de esta canción. 

¡Aaay!, María la portuguesa 
desde Ayamonte hasta Faro 
se oye este fado por las tabernas 
donde bebe viño amargo 
porque canta con tristeza 
porque esos ojos cerrados 
por un amor desgraciado, 
por eso canta, por eso pena. 

¡Fado! porque me faltan tus ojos 
¡Fado! porque me falta tu boca 
¡Fado! porque se fue por el rio 
¡Fado! porque se va con la sombra 

¡Fado! porque se fue por el rio 
¡Fado! porque se va con la sombra.
María, la portuguesa - Carlos Cano

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