Autores: Montes y Lito
En un viejo barrio de estirpe agarena,
de aquellos tan brujos que hay en Graná,
vivió una mocita de cara morena,
pelo azabache y tez bronceá.
Un palio de flores era su ventana,
pa tos los mocitos que iban a rondar.
Pero en los amores, aquella sultana,
era tan bonita como desgraciá.
Y una noche misteriosa,
y de silencio escuchó,
esta coplilla graciosa,
sin saber quién la cantó.
Dónde habitan las manolas,
Granada, calle Elvira.
Dónde habitan las manolas.
Allí vive quién yo quiero,
en quién pienso a todas horas.
Por ser mi querer primero.
El tiempo pasaba y nadie sabía,
de aquella coplilla, quién fue el cantaor.
Más no faltó alguien que ya suponía,
a Pepe Serrano un buen amador.
El palio de flores que fue su ventana,
pa tos los mocitos que iban a rondar.
Quedó entristecido pues cierta mañana,
sin dueña y sin flores lo vieron quedar.
Y aunque verla no pudieron,
cuando del barrio marchó.
Aseguran que la oyeron
entonar esta canción.
A beber agua fresquita
me voy a la Plaza Nueva.
A beber agua fresquita,
de la Fuente del Avellano,
que es la que la sed me quita,
si me la da mi Serrano.
Calle Elvira (Calle Ervira) - Maruja Lozano
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